DESPUÉS DE UN BIRDIE UN MIERDI
Con esta expresión golfista podemos resumir la jornada, veníamos de una impecable jornada anterior dónde los equipos del Colegio Niño Jesús de Praga, habíamos conseguido demostrar nuestro poderío, ganando en Prebenjamines, Benjamines, Alevines e Infantiles.
Presentándonos a la siguiente jornada, con todas las posibilidades para acceder al primer puesto en la categoría Alevín y Benjamín.
Empezó el Alevín el sábado, jugando muy bien contra el Maristas, lo que acabó con el primer gol de los Colegiales, el partido lo estábamos jugando muy bien, pero poco a poco las ocasiones no entraban y nos fuimos atrás, lo que les llevó al empate y finalmente al final de la primera parte con un 1-2. La segunda parte nos hundimos definitivamente, tenían muchos cambios y los nuestros no pudieron la presión y físicamente nos pudieron, teníamos el importante apoyo de los benjamines, pero la diferencia física pudo con nosotros. Final un injusto 3 - 7.
El Domingo se presentaba un día perfecto, los chavales estrenaban sudaderas, lo que no se presentaba muy bien era un campo pequeño con unas condiciones que no tienen nada que ver con un fútbol sala para infantiles. No debía de estar permitido ese campo ya en esta categoría.
El partido se empezó jugando bien los dos equipos, sin apenas espacio para desarrollar nuestro juego de toque y mimo de balón, las condiciones del campo, sólo daban para jugar al patadón, así comenzamos encajando el primer gol desde el medio del campo, aguantamos un poco más, y no supimos leer el partido, nos dedicamos a ser un frontón dónde uno tras otro estrellaban los balonazos que mandaban contra nuestro chavales. Con un fútbol demasiado agresivo por parte del contrario, que en algún momento rozaba lo antideportivo, nuestros chavales sufrieron más de lo esperado y acabaron encajando un inexplicable 6 - 1 para la diferencia técnica que existía entre nuestros chavales y los contrarios.
Aunque se ha fastidiado la clasificación de los Alevines, sólo pasa uno en el grupo, que salvo milagros sería el Maristas, y todavía tenemos oportunidad en el Infantil, pues en ese grupo pasan dos. Se complica el asunto. JORNADA PARA OLVIDAR.
A trabajar fuerte, un tropiezo sólo sirve para levantarse, ánimo chavales y entrenadores, a trabajar y pensar en el siguiente partido.
Empezó el Alevín el sábado, jugando muy bien contra el Maristas, lo que acabó con el primer gol de los Colegiales, el partido lo estábamos jugando muy bien, pero poco a poco las ocasiones no entraban y nos fuimos atrás, lo que les llevó al empate y finalmente al final de la primera parte con un 1-2. La segunda parte nos hundimos definitivamente, tenían muchos cambios y los nuestros no pudieron la presión y físicamente nos pudieron, teníamos el importante apoyo de los benjamines, pero la diferencia física pudo con nosotros. Final un injusto 3 - 7.
El Domingo se presentaba un día perfecto, los chavales estrenaban sudaderas, lo que no se presentaba muy bien era un campo pequeño con unas condiciones que no tienen nada que ver con un fútbol sala para infantiles. No debía de estar permitido ese campo ya en esta categoría.
El partido se empezó jugando bien los dos equipos, sin apenas espacio para desarrollar nuestro juego de toque y mimo de balón, las condiciones del campo, sólo daban para jugar al patadón, así comenzamos encajando el primer gol desde el medio del campo, aguantamos un poco más, y no supimos leer el partido, nos dedicamos a ser un frontón dónde uno tras otro estrellaban los balonazos que mandaban contra nuestro chavales. Con un fútbol demasiado agresivo por parte del contrario, que en algún momento rozaba lo antideportivo, nuestros chavales sufrieron más de lo esperado y acabaron encajando un inexplicable 6 - 1 para la diferencia técnica que existía entre nuestros chavales y los contrarios.
Aunque se ha fastidiado la clasificación de los Alevines, sólo pasa uno en el grupo, que salvo milagros sería el Maristas, y todavía tenemos oportunidad en el Infantil, pues en ese grupo pasan dos. Se complica el asunto. JORNADA PARA OLVIDAR.
A trabajar fuerte, un tropiezo sólo sirve para levantarse, ánimo chavales y entrenadores, a trabajar y pensar en el siguiente partido.